Desde siempre me sentí fuertemente involucrado con nuestra comunidad. En cada uno de mis emprendimientos la lucha por marcar una diferencia positiva en el mundo está presente. Tanto así, que me he interiorizado en tópicos en los que nunca antes había pensado, como es el caso del ambiente. 

Hace algunos años ni siquiera se hablaba de estos problemas, y las empresas contaminaban y destruían ecosistemas enteros, a veces por ignorancia, otras muchas por desinterés. Por otra parte, los estados no se involucraban, y permitían que las actividades continuarán, aún frente a las manifestaciones de nuestro querido y sufrido pueblo hondureño. 

Cuando mis hermanos y yo fuimos conscientes de la situación, replanteamos todo el sistema que habíamos creado y comenzamos a realizar mejores prácticas, más sostenibles y de bajo impacto. Sin embargo, no ha sido suficiente. 

Lamentablemente, con nosotros no alcanza para mejorar el mundo en el que vivimos y el cambio climático está dejando sus primeras huellas. 

¿Cómo esta situación impacta en la electricidad?

Las hidroeléctricas no pueden proveer de energía en medio de la fuerte sequía.

Hoy Lufussa, aquella empresa proveedora de energía que fundé junto a mis hermanos en los 90’, no puede trabajar al 100 % de su capacidad. Esto se debe a la sequía extrema que está experimentado el país y que vacía nuestras  cuencas, impidiendo que podamos poner en funcionamiento las represas hidroeléctricas. 

Los pronósticos tampoco son alentadores. Muchos habrán escuchado del fenómeno de El  Niño, un evento meteorológico natural que está golpeando a la región, que hoy se ve exacerbado por el calentamiento global. El mismo está vinculado a la sequía y a las inundaciones, desestabilizando el mundo entero y trayendo graves perjuicios a nuestra querida tierra hondureña. 

Este calor agobiante que hoy sentimos también afecta las termoeléctricas y no nos permite continuar con nuestro noble cometido: proveer de energía a las familias y hogares del país. Y sin embargo, seguimos trabajando al máximo, con el mismo empeño y esfuerzo que nos caracteriza, para que la población se vea lo menos afectada posible y continúe conectada. 

¿Cómo podemos revertir la situación?

Este día gris, en el que tantos políticos se llenan la boca de acusaciones injustas e ignorantes, queremos traer conciencia sobre la realidad que estamos viviendo. Aquí no hay un problema de infraestructura o producción, aquí hay un problema climático del que pocos quieren hacerse cargo. 

Es momento de que las políticas en Honduras acompañen el cambio, para que todas las industrias puedan seguir trabajando y para que sus empleados puedan llevar el pan a su mesa; para que las familias recuperen su estabilidad y normalidad; y para que los centros de salud no deban recurrir a generadores eléctricos para suministrarse de energía. 

¡Al servicio de la Tierra!

Mi compromiso con el planeta y quienes lo albergamos es cada día más ambicioso. Lufussa es la empresa eléctrica de la región con más iniciativas ecológicas puestas en práctica: desde reforestación, con más de un millón de árboles sembrados en un sendero ecológico, hasta el apoyo al rubro pesquero a través de domos convertidos en arrecifes artificiales. 

Lacthosa, otra de mis compañías más importantes dedicada a la producción lechera, sigue los mismos lineamientos, con programas de reciclaje y educación; además de aplicar la innovación tecnológica en los alimentos para disminuir su desperdicio. 

Seamos parte del cambio en Honduras y el mundo

Este mundo nos pertenece y somos responsables de él, por eso continúo involucrándome con más y nuevas propuestas en cada una de las áreas e industrias en las que trabajo. 

Con estas palabras, espero poder animar a más personas, pero también a más compañías, a cooperar en esta lucha para que podamos garantizar el futuro de nuestras infancias. ¡Construyamos un mañana en el que valga la pena vivir!