El 2020 tuvo un desarrollo inesperado por donde quiera que se le mire. Nunca habíamos estado en una cuarentena global, ni sabíamos lo que era la instalación de un estado de alarma en el mundo entero.
En Honduras, la situación no fue diferente al resto de los países, cuya crisis se agudizó aún mucho más. Por su parte, las empresas que pudieron sobrellevar la situación, tuvieron que hacer frente a innumerables desafíos. En síntesis, estamos afortunadamente cerrando el año, uno convulso, en el que, como todos, debemos, aun así, hacer nuestro balance empresarial.
¿Qué hemos aprendido de toda esta experiencia? ¿Qué hemos ganado con ella? ¿Qué acciones podemos practicar para contribuir a la solución global de este problema? ¿Cómo analizar nuestro balance de empresa a casi un año de la irrupción del Covid-19?
Balance empresarial tras el Covid-19: ¿qué aspectos considerar?
Las ocasiones en que he realizado un balance del total de las operaciones de una empresa me gusta pensar en que estoy haciendo como una fotografía financiera que nos servirá para analizar la situación total y replantearnos nuevas fórmulas de trabajo -si es el caso.
Este año que culmina, muchos colegas están viendo cifras que les alarman. Pero soy de los que lee en las cifras en rojo las fortalezas y debilidades de la empresa, en especial en este año que puso en la cuerda floja a muchas empresas.
Ciertamente, todos los empresarios nos vimos más que nunca obligados a crear con urgencia las soluciones más llevaderas en medio de la crisis. Sin embargo, mi reflexión se orienta un paso más allá. Podemos ver el vaso lleno o medio vacío, pero lo cierto es que nuestra óptica debe ser visionaria y hacer frente a los retos, proponer soluciones y, aunque no parezca, tener fe en ellas.
Por estas razones, me parece que se hace urgente interpretar el balance empresarial de fin de año teniendo en consideración todo este contexto económico, social, político, ecológico y de sanidad que definió este 2020. Veamos a continuación algunas ideas para darle un mejor sentido.
¿Qué hemos perdido?
Es una verdad que este 2020 todos perdimos. Perdimos sobre todo vidas, perdimos negocios, perdimos la capacidad de hacer nuestra vida normal. Pero también, como sociedad nos vimos enfrentados a nuestros peores enemigos, que somos nosotros mismos.
¿Qué hemos ganado?
En lo personal creo firmemente que hemos ganado mucho de esta experiencia, pues no sólo trastoca todos los aspectos del individuo, sino que nos obligó a pensar y vernos desde nuestra valiosa individualidad, también como seres sociales, dentro de un colectivo.
Nos hizo pensar que el descuido de uno repercute en la salud del otro, y a su vez, que con urgencia debemos encarar acciones que hagan freno al impacto ecológico que está sufriendo el planeta, cuanto antes, sin desperdicio de tiempo.
En resumen, hemos ganado un profundo aprendizaje que como una revelación mesiánica, si no ocurría de un modo abrupto, no iba a abrir el horizonte para un cambio rotundo de paradigmas y estructuras.
Por esto, en este balance empresarial es imprescindible considerar las dos caras de la moneda y cuestionarnos más que nunca del compromiso social y ambiental que a toda industria desde su hacer le corresponde.
Ahora bien ¿cuál es el camino a seguir para el empresario hondureño? ¿Cómo puede implementar acciones para su organización desde el aprendizaje que ha dejado la pandemia?
Balance de empresa y retorno a la nueva normalidad
Como lo dije anteriormente, sea cual sea el resultado del balance empresarial de fin de año, se hace imprescindible que todas las estrategias que se definan para subsanar las pérdidas contemplen una visión holística, armónica y reconstructivista de su hacer. Así que creo que hay que tomar en cuenta las siguientes variables:
Medir el impacto social
El coronavirus mostró la emergencia de resolver los grandes debates sociales, ya que de otra manera, el futuro de la civilización está amenazado por un colapso sistémico. La solución es global, y desde nuestro alcance local, debemos contribuir a ello. Lo social, lo ambiental y lo económico deben actuar interconectados y sin agredirse mutuamente. Los paradigmas de la inclusión y la tolerancia deben formar parte de los valores de cada organización.
Luchar contra la desigualdad social
El Coronavirus hizo más evidente que nunca la amplia brecha entre las desigualdades sociales. Es necesario optar por propuestas de negocio que sean innovadoras pero por sobre todo democráticas, que garanticen mayor igualdad y solidaridad.
Trabajar con responsabilidad ambiental
Diferentes estudios científicos afirman el peligro que sufre la humanidad debido a los virus que podrían atacar las próximas décadas. Y es que la destrucción de los ecosistemas, el tráfico ilegal de animales silvestres y la deforestación desmesurada crearían el caldo de cultivo ideal para la proliferación de virus desconocidos.
Por esto, el impacto ambiental de cualquier pequeña, mediana o gran industria debe ser el núcleo central de nuestros debates y estrategias operativas.
Promover la solidaridad e interdependencia
Tal vez, hoy, de manera especial, nuestras políticas empresariales deberían estar obligatoriamente orientadas en fomentar un mayor equilibrio entre naturaleza y economía. La transformación de la conciencia de los líderes ejecutivos se hace necesaria para dirigir la acción desde lo individual y colectivo de un modo equitativo y armónico.
Mejores políticas sanitarias
Toda empresa, por ética, debe operar de acuerdo a la importancia de salvaguardar la vida y la salud. Al respecto, se hace urgente valorar el trabajo de médicos e higienistas, y todo el conjunto de trabajadores de la salud, y generar condiciones de trabajo seguras y salubres.
Generación de empleo
Si bien las pérdidas de puesto de trabajo han sido devastadoras, debemos siempre mirar con optimismo el futuro porvenir. Con políticas sostenibles, las empresas deben volver a reinsertar a sus puestos de empleo a nuevos profesionales para dinamizar la economía.
Deseo finalizar estas reflexiones, que espero, con optimismo, logren inspirar a otros empresarios y líderes organizacionales a darle un giro a sus acciones en este 2021 de cara a su balance empresarial, pues se viene un año lleno de desafíos pero también de oportunidades de encauzar debidamente las cosas. Quisiera finalizar con una cita del filósofo español Eugenio Trias:
“En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra”.
¡Hasta un próximo encuentro!