Acaba de comenzar un nuevo año para todos. Una nueva oportunidad. Y aunque no alcanzamos a descifrar qué nos depara a todos este año que comienza, podemos manejar certezas. Por ejemplo, de que la necesidad de tejer alianzas estratégicas será fundamental.
Las alianzas han estado presente en la fundación de nuestra civilización. Porque muy rara vez, puedo decir, una empresa humana no requiere de alianzas. La Grecia Antigua apeló a la Liga de Delfos como la primera gran forma de alianza estratégica de Occidente, para preservar, defender y expandir su legado, ese del gozamos hoy todos, la democracia.
Entonces, las alianzas sirven en esencia para eso, para preservar, defender, desplegar o expandir los valores de una empresa y su desarrollo empresarial. Y no creo que este año nuevo 2021 que comienza tenga que ser la excepción, sino al contrario, más que nunca se requiere de alianzas estratégicas empresariales en Honduras.
¿Qué implica para nosotros tejer alianzas estratégicas en este 2021?
Es inevitable que debido al maleficio de la pandemia del Sars cov-2 el sector público tenga un mayor protagonismo del que debería en situaciones más corrientes. Esto hay que aceptarlo. Aceptar que las regulaciones del Ejecutivo podría fácilmente interferir en la cadena de valor de nuestros modelos de negocio.
Ya lo ha estado haciendo con el confinamiento, por ejemplo, que obliga a echar mano de otras formas de trabajo. A solicitar servicios externos para que podamos completar nuestros pendientes. Y esto seguirá con regularidad el presente año. Por lo que entiendo que contar con alianzas estratégicas es un apoyo necesario.
Mi afirmación se basa en lo que oigo de mis amigos empresarios pero también de lo que voy recogiendo de las noticias del sector empresarial. Y todo apunta a eso, a la inexorable división del trabajo a escala, no solo nacional sino global. Los empresarios más veteranos en el sector organizacional tendremos que aprender a delegar funciones y a asimilar formas de trabajo cada vez más colectivas y distribuidas; no es que antes no las había sino que no eran determinantes.
Sin embargo, cuando ingresé al mundo de la gerencia empresarial, ya hace varias décadas, ciertas modificaciones en la gestión de nuestras empresas bastaban para salir adelante y hacer una buena gestión del riesgo. Había pues una voluntad única sin entera dependencia de los colaboradores para hacernos cargo de una coyuntura un poco adversa.
Pero lo que estoy viendo es que la pandemia mundial y las medidas sanitarias que continuarán este año están siendo el caldo de cultivo para que esa voluntad, tal vez un poco autocrática, autosuficiente, sea desplazada por una voluntad de sistema en la que nos ocuparemos de funciones y no de la totalidad de procesos.
Entonces, previendo ya que esta condición en la gestión empresarial requiere de alianzas estratégicas claves para el presente año debemos cerciorarnos de con quiénes podemos contar y con quiénes no tanto; con quiénes podemos articular fuerzas y con quiénes no. Teniendo esto claro comenzaremos el año con menor incertidumbre.