El crecimiento económico y el empleo de un país dependen de sus empresas y por tanto, en última instancia, de los emprendedores que las crean. Ellos son básicos para la economía y el bienestar de un país ya que, no sólo dan trabajo y riqueza, sino que con su iniciativa y esfuerzo satisfacen de forma cada vez mejor las necesidades, crecientes, de una sociedad desarrollada.
Empresarios ha habido siempre; lo que ha cambiado es ¿Cómo los considera la sociedad? Donde no hace tanto se tenía de ellos un concepto negativo, cargado de prejuicios, ahora se trata de promover la actividad empresarial por todos los medios, tanto patrocinando la instalación de nuevas empresas como pretendiendo fomentar el espíritu emprendedor. El objetivo es claro: desarrollar iniciativas emprendedoras; aunque ésta no es una actividad fácil.
La iniciativa emprendedora surge con la identificación de una posible oportunidad y la forma de explotarla, esto es, la idea de negocio. Ambos son conceptos nucleares en el proceso emprendedor. Comprender la relación entre oportunidad e idea de negocio y la diferencia entre ambas no es una cuestión insignificante.
¿Cómo crear su propio negocio?
Antes que ideas, los inversores quieren proyectos reales. La clave del éxito está en la forma de hacer realidad su ocurrencia y en el modelo de negocio que puede hacerla rentable. Recordemos: ninguna idea es absurda. En la década de 1970 un tal Gary Dahl se hizo famoso tratando de poner en marcha un negocio sorprendente al que bautizó como Pet Rock: su idea era vender piedras como si fueran mascotas que iban en el interior de una caja de cartón con un agujero «por el que pudieran respirar».
El kit ingeniado por Dahl incluía un nido para que la piedra se desarrollara y unas instrucciones para que el orgulloso dueño de la roca enseñara a sentarse a su mascota, o a estar simplemente quieta (que era su estado natural). Además de famoso, Dahl se hizo millonario, y vendió millones de kits. Fue una verdadera pedrada para aquellos que calificaban la ocurrencia de «absurda», y se convirtió en el ejemplo vivo de que no hay idea ridícula si se acompaña la extraordinaria visión del emprendedor con una gran capacidad para ejecutarla.
Debe tener en cuenta que su idea, por extravagante que parezca, puede cambiar el mundo. Pero debe asegurarse de que se sitúa en un nicho de mercado consistente y bien definido.
La idea es importante, pero no determinante. Marca el mercado, pero no es absoluta. Lo que importa verdaderamente es la ejecución, y eso lo marca el equipo. La clave no es la idea, sino el modelo de negocio, y no pasa nada por equivocarse, pero hay que dedicarle mucho tiempo. Todo esto tiene que ver con el conocimiento de un determinado sector.
Si quiere saber cuánto pesa la idea en el proceso emprendedor, aquí van algunos consejos prácticos:
No es necesario que se le ocurra algo nunca visto, ni que aquello que le lleva a crear su empresa sea único. Hay otras fuentes de inspiración para emprender que están a tu alrededor. Tengan en cuenta que la idea que le llevará a crear una nueva empresa no tiene por qué ser única, porque si fuera así, en el mundo habría apenas un puñado de emprendedores.
Empiece con su propia experiencia. Piense en aquello en lo que usted es mejor que los demás. Analice qué es lo que más le divierte y tenga en cuenta que su credibilidad aumenta cuando crece su experiencia en el sector que domina.
Algunos creadores de empresas se inspiran en ideas que tuvieron éxito en el pasado. Rescatan conceptos o negocios que salieron bien en su momento, los adaptan y consiguen un nuevo triunfo. Se puede hablar de «un viejo problema con una nueva solución». En muchas ocasiones, una innovación sustituye a algo que en su día fue innovador.
Cualidades que necesitas para ser un buen emprendedor
Sin importar cuál sea tu idea de negocio, hay cualidades que son básicas entre las personas que deciden emprender. te recomendamos algunas cualidades para que tu negocio sea un éxito:
- Creatividad e ingenio
El primer paso para emprender es tener una idea, ya que a partir de ésta es donde surgen proyectos nuevos y se puede revolucionar el mercado o sector.
- Pasión
Bien dicen que cuando amas lo que haces, el éxito llega solo. Y para emprender, se necesita tener motivación. La única manera de enfrentar y lidiar con las dificultades que surjan en el camino es amando lo que haces.
- Visión
Visualiza tu negocio y cúmplelo. No basta con tener ideas o sueños, es importante buscar los medios para llevarlos a cabo. Recuerda que, si tú no lo haces, nadie lo hará por ti.
- Liderazgo
Ya tienes el proyecto, ahora ¡toma las riendas! Debes aprender a detectar las oportunidades y aprovecharlas en el momento justo. Todo líder influye en su equipo para tomar decisiones, pero también los guía.
- Paciencia
Un buen negocio no nace de la noche a la mañana y, muchas veces, deberás trabajar a prueba y error. Enfrentar las adversidades e intentarlo una y otra vez, será vital para llegar a la cima.
- Confianza en ti
Nadie confiará en tu negocio si tú no lo haces. Las demás personas deben verte seguro de ti mismo. Si dudas en algún momento, eso se reflejará en el entorno y podría repercutir en tu proyecto.
- Responsabilidad
Cualquier negocio, por pequeño que sea, debe tomarse con seriedad. Involúcrate en todas las actividades y asume responsabilidades tanto con tu equipo, como con los clientes, socios o proveedores.
- Receptivo
Todos los días se aprende algo y en tu camino hacia el éxito, debes estar abierto para aprender todo lo que puedas y a recibir críticas constructivas para mejorar.
- Empatía
Ponerte en el lugar de los otros para entender sus necesidades te ayudará a crear vínculos con las personas. Si eres empático, serás capaz de conectarte con tus clientes.
- 10. Decisión
Todos los proyectos de emprendimiento, tarde o temprano, llegan a una de las tareas más importantes: tomar decisiones. Si analizas las ventajas y desventajas de una situación, siendo lo más objetivo posible, las decisiones que tomes serán acertadas.
No te preocupes si aún no cuentas con alguna de estas habilidades, puedes irlas desarrollando poco a poco, tú mismo, pero empieza ya tu proyecto de vida.