Es un momento ideal para motivarnos a trabajar por aquello que soñamos. Estoy seguro que así como lo es para mí, para ti también el comienzo de un nuevo año te motiva a abrir ciclos y a cerrar otros; a apostar por nuevos objetivos. Por eso pienso que si sabemos tocar las teclas que son, podemos transmitirle esta experiencia positiva y así motivarlos.
No se trata de que nuestro lugar de trabajo sea uno de jolgorio y júbilo perenne, como podría mal interpretarse, sino un espacio distendido de conexión y comunicación fluida que construya el sentimiento de comunidad; de que todos estamos en el mismo barco; que no estamos solos ante la pandemia y que podemos remar juntos hacia una misma dirección en la que todos ganemos.
Un liderazgo para motivar a los empleados
Pero para que se genere este estado de ánimo colectivo y motivador debemos como empresarios, como directivos y gerentes que somos, trabajar en ellos. Convertirnos en líderes que motiven, que sepan identificar las emociones de nuestro talento humanos y gestionar emociones; porque después de todo somos personas, subjetividades con metas e ilusiones; no máquinas.
Si hablo de mi experiencia inicial en el mundo de los negocios, aprendí mucho de mis superiores, de mis jefes inmediatos, cuando me contaban en aquella época que todos son importantes dentro de una organización empresarial. Y para que ello no quede en palabras vacías era necesario demostrarlo.
Con el tiempo, cuando pude ser gerente de empresa, hallé una forma en particular para hacerles saber a mi equipo de trabajo que su presencia y su esmero eran valiosos. Delegué. Delegar funciones entre nuestro personal es una de las cosas que más logra motivar a los empleados, porque son tenidos en cuenta. Así funciona nuestra psique en casi todas las esferas de nuestra vida; si tu pareja no demuestra interés en ti, la desmotivación gana terreno, y esto es replicable perfectamente a una empresa.
Otra cosa que siempre procuro tener presentes, es no pasar por debajo de la mesa el logro de un trabajador. Porque lo que estamos diciendo con actitudes similares es que da igual alcanzar un objetivo más. De hecho me sorprendería que una gerencia tan desmotivacional siga funcionando, si procederes como el ejemplificado son recurrentes.
Para motivar a los empleados de cualquier empresa, lo primero que debemos tener presente es que la mente humana es compleja y que por tanto no obedece a las leyes de un Pavlov. El ser humano es multidimensional y por esto nuestros estados de ánimos son tan variados en colores. Pero solo la comunicación, la confianza y el tiempo que pases con tus colabores puede darte la respuesta; saber qué les alegra; qué los enciende de optimismo y vitalidad; después de todo, una empresa es también nuestra otra familia.
¡No lo olvides!
¡Hasta una próxima ocasión!