Cuando pienso en la cultura empresarial más idónea para una firma, recuerdo que en estos últimos meses que he tenido la oportunidad de conversar con jóvenes empresarios, he notado que tal vez nos estamos apoyando en el contexto pandémico generado por el covid-19 para justificar aquello que no estamos haciendo bien,  porque no funciona ya dentro de nuestro modelos de negocio.

Creo, que tal vez, sea a los jóvenes empresarios a los que más les cuesta ver, que las empresas no son únicamente espacios fríos atiborrados de equipos de alta fidelidad operados diariamente por colaboradores sentados en ordenadores, y que mientras pasa el tiempo los resultados irán apareciendo así, nomás. Una empresa es más que esto.

¿Qué identidad tiene tu cultura organizacional?

Mis años como empresario en diferentes tipos de negocios me han enseñado algo que nunca olvido, que una empresa, no importa si es pequeña, mediana o grande, esto es lo de menos… Digo, que una empresa es ante todo una entidad que posee una identidad, y que esta depende en sumo grado del tipo de cultura organizacional que tenga.

Es así. Toda empresa es, a fin de cuentas, una entidad, convertida en comunidad. Y toda comunidad lo es, precisamente, porque existe algo en común a todos, capaz de aglutinarlos bajo unos mismo objetivos bien diferenciados; donde el principal es no perecer nunca.

Cuando converso acerca de la importancia de la cultura empresarial con directivos de empresas, piensan de entrada que quizá se trate de un tema interesante, pero que no tiene impacto en su modelos de negocios. Al contrario, tiene que ver y mucho.

Cuando me refiero a que una empresa debe definir una cultura organizacional específica a sus necesidades me estoy refiriendo al conjunto de valores que les dota de una identidad corporativa dentro de un nicho de mercado específico desde el cual se diferenciarán.

Apple es un claro ejemplo de lo que digo y el que más me gusta usar por ser referente universal. El logro mayor de Steve Jobs con Apple fue, a mi parecer, haberla dotado de una cultura empresarial muy original, que imprimió de nuevos colores a su dinámica de trabajo, hasta lograr construir una identidad propia en la que la sofisticación es la guirnalda que más resalta en ese majestuoso árbol que es hoy la Firma.

Entonces, una cultura organizacional debe definir los procesos y dinámicas de una empresa, dándole una impronta propia, a partir de los valores, los principios, creencias que norman el comportamiento individual y grupal que son parte de su cultura empresarial. Y que a la larga serán la carta de presentación ante el mundo.